Sylvia Plath
cuadro: Van Gogh. Campo con amapolas.
AMAPOLAS EN JULIO
Pequeñas amapolas, pequeñas flamas del infierno
¿No están heridas?
Están vacilantes. No puedo tocarlas.
Puse mis manos en medio de las flamas. De ningún modo quemaron.
Y esto me dejo exhausta para vigilarlas.
Vacilando como aquellas–arrugada y rojo clara–como la piel de una boca.
Como una boca
Una boca ensangrentada.
¡Pequeña pollera sangrienta!
Ahí esta el vapor que no puedo tocar.
¿Dónde están tus opiáceos, tus nauseosas cápsulas?
¡Si pudiese sangrar o dormir ¡
Si mi boca pudiese casarse con una herida como esta.
O con tus licores escurriéndose hacia mí, en esta cápsula de vidrio
Apagada y silenciosa
Pero descolorida. Descolorida.
Pequeñas amapolas, pequeñas flamas del infierno
¿No están heridas?
Están vacilantes. No puedo tocarlas.
Puse mis manos en medio de las flamas. De ningún modo quemaron.
Y esto me dejo exhausta para vigilarlas.
Vacilando como aquellas–arrugada y rojo clara–como la piel de una boca.
Como una boca
Una boca ensangrentada.
¡Pequeña pollera sangrienta!
Ahí esta el vapor que no puedo tocar.
¿Dónde están tus opiáceos, tus nauseosas cápsulas?
¡Si pudiese sangrar o dormir ¡
Si mi boca pudiese casarse con una herida como esta.
O con tus licores escurriéndose hacia mí, en esta cápsula de vidrio
Apagada y silenciosa
Pero descolorida. Descolorida.
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