LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO

Escribir es una de las mejores cosas que me pasó en la vida. La primera vez que
me di cuenta que al escribir, esas clásicas redacciones escolares, uno podía mentir,
dije "esto es para mí". No conozco muchos escritores felices, porque escribiendo nos construimos una vida nueva a nuestra medida, con los personajes que necesitamos, somos dioses por un rato de un mundo nuestro, que nadie puede destruir, ni los críticos.

Después vinieron los años de estudio, de aprender la "técnica", pero todo fue un mundo que me fue atrapando, ahora no me imagino sin fabricar historias.

Hace un rato vino un vecino deprimido que me dejó las llaves de su casa y que tiene miedo. Qué parecidos somos todos, todos nos necesitamos y todos, con mayor o menor talento, podemos escaparnos de nosotros mismos dándole a otro un mundo a descubrir.
En suma, todos tenemos miedo, la literatura nos alivia las heridas.