Google
"Creen que si los escritores sufren serán mucho mejores. El sufrimiento es exactamente igual que cualquier otra cosa: si te dan demasiado, al cabo de un tiempo puedes hundirte. Es el intento de escapar del sufrimiento lo que crea grandes escritores".
Charles Bukowski




Escrituras y cavilaciones

literatura, filosofía, psicología, blogs y lo que me interese. Blog de María Barrientos.

domingo, 22 de abril de 2007

El chat, la literatura y la invención de personajes

Nuestra época ha dado origen a las relaciones íntimas a través del chat, hombres y mujeres tal vez proclives a los actos autorreferenciales y sin valentía para cometer infidelidades en directo, dan rienda suelta a su fantasía, para inventarse a sí mismos como seres deseables y deseantes.


Hacia el año 2000, en los comienzos del gran auge de Internet, una revista me encargó una nota sobre las salas de chats eróticos. Acepté sin demasiado entusiasmo, pero me bastó abrir una sola de ellas para quedar deslumbrado: era como asistir a las vísperas de una revolución. Había solitarios, claro, que desde departamentos minúsculos o puntos remotos del universo se precipitaban vorazmente sobre una lista de posibles amantes; había, también –y pronto me di cuenta que eran mayoría- muchísima gente casada, para quienes la posibilidad de una “infidelidad online”, con todo lo que tenía de fácil, de irreal y de poco comprometida, amenazaba con volverse un vicio, una bomba de tiempo. Pero a mí me fascinaba, sobre todo, que millones de personas anónimas y, muchas veces, casi iletradas, fabricaran con palabras un autorretrato –hecho de un nombre de fantasía y de una pequeña presentación- que se parecía muchísimo a la literatura. Bastaba leer los seudónimos con que cada uno se presentaba y los datos que daba de sí mismo para entender, sí, que mucha gente tenía por primera vez la oportunidad de inventar un personaje, desde lo más secreto y sincero de su propia fantasía –un personaje, sin embargo, que poco tenía que ver con la realidad. Yo mismo fui inventándome heterónimos, perversamente, para ver quién “picaba” y poder preguntar más sobre el tema que interesaba a mi nota, y confieso que nunca tuve más interlocutores que cuando me llamé “Andrea 45”; ni llamé la atención de más gays que cuando me puse el nick, “Mama yo quiero un novio”, que, aludiendo a un tango cómico y viejísimo, trataba de detectar otro tipo de mirada y de búsqueda, bajo el disfraz del simple deseo erótico.
Los personajes que descubrí darían para una novela entera, y no podría describirlos aquí en su totalidad; pero cinco años después, lo que me queda en la memoria es otro descubrimiento. A los diez días de abrir constantemente el chat, me di cuenta de que bajo tanta apariencia de liberación y osadía los personajes empezaban a repetirse casi maquinalmente, como si la gente se erotizara sólo con una serie muy acotada de arquetipos, infinitamente menos ricos que la invención literaria. La pregunta subsiste: esa monotonía que empecé a descubrir en el modo de “presentarse” y en la enunciación de lo que supuestamente cada uno “buscaba”, ¿evidencia que sólo unos pocos y determinados y seres arquetípicos pueden suscitar nuestro deseo? Para ser deseables, ¿debemos forzarnos a entrar en uno u otro de esos arquetipos? Y si no entramos, ¿estamos condenados a la soledad, el rechazo, la abstinencia? De haberse inventado el chat cincuenta años atrás, ¿los autorretratos, las propuestas serían las mismas? La experiencia del chat, al menos en aquellos primeros tiempos, me sugirió por fin que cada uno “se presentaba” de acuerdo con lo que creía que la mayoría iba a aprobar; pero que en el fondo, acaso, guardaba otro ser deseante, que, si lo dejaban, podía aportar al amor y al deseo un grado de libertad mucho más verdadero y revolucionario. La consigna no es ya sólo “ser nosotros mismos”, sino “crearnos” a nosotros mismos. Que nuestro arte invente nuestra naturaleza. Ojalá.*Leopoldo Brizuela tiene 43 años. Es escritor.

1 comentario:

Taller Bukowski dijo...

"Lo chateado pasado està",como dicho es bueno y como realidad tambien, sino quien sabe quien es el que emite un mensaje y sobre todo a quien lo emite ,sino a esa figura que el nombre le sugiere,quizas solo de sugerencias vive el chateante no?
El Lobo Solitario

Invitados

Datos personales

María Barrientos nació en Buenos Aires en 1959. Publicó "Habitaciones para la vigilia" (Filofalsía, 1990), este libro obtuvo la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores). En 1995 publicó "Cross" que fue finalista en el Primer concurso hispanoamericano organizado por Diario de Poesía. Su adicción es estudiar, por lo cual es profesora de letras y bibliotecóloga. Formó parte del consejo de redacción de las revistas "Tamaño Oficio" y "Fin de Siglo". Ex columnista de Radio Cultura,
Powered By Blogger