Homenaje al poeta desaparecido
De Paisajes que duelen.
No sabes como fue este día
Este hombre dolió
por cada sol maldito
duro en su vida.
Por algo fue triste
a ratos
le dolía algún pelo
el pequeño.
Fue quizá como miró
un poco como pájaro
otro poco como niño
y se marcho hundido en la gente.
Voy a hablar a mis amigos
de quién amo
y de otras cosas de fuego
a colmarme de fuertes ternuras.
Así el hombre lava
sus ojos de niño sus ojos de hierro
y duerme profundamente
(2 de noviembre de 1960)
No sabes como fue este día
Este hombre dolió
por cada sol maldito
duro en su vida.
Por algo fue triste
a ratos
le dolía algún pelo
el pequeño.
Fue quizá como miró
un poco como pájaro
otro poco como niño
y se marcho hundido en la gente.
Voy a hablar a mis amigos
de quién amo
y de otras cosas de fuego
a colmarme de fuertes ternuras.
Así el hombre lava
sus ojos de niño sus ojos de hierro
y duerme profundamente
(2 de noviembre de 1960)
Miguel Angel Bustos. 1932-1976
El domingo 31 de mayo de 1976, que quiso ser un domingo como otros, Miguel Ángel salió de su casa de la calle Hortiguera, a dos cuadras del Parque Chacabuco, para pasear con Emiliano, que acababa de cumplir cuatro años. Pero esa noche, a las diez y media, mas o menos, u once menos cuarto, tocaron el timbre, acaso hubiese podido huir, pero se negó... Las tarjetas amarillas que mostraron los asesinos intentaron dar al allanamiento ciertos visos de legalidad. Uno de ellos le dijo cínicamente: “lleva una frazada, Bustos, que va a hacer frío”.
Aún hace frío.
Alberto Szpunberg.
(El Masnou, invierno/90 - Buenos Aires, verano/97)
Fuente: La Tecla Eñe
El domingo 31 de mayo de 1976, que quiso ser un domingo como otros, Miguel Ángel salió de su casa de la calle Hortiguera, a dos cuadras del Parque Chacabuco, para pasear con Emiliano, que acababa de cumplir cuatro años. Pero esa noche, a las diez y media, mas o menos, u once menos cuarto, tocaron el timbre, acaso hubiese podido huir, pero se negó... Las tarjetas amarillas que mostraron los asesinos intentaron dar al allanamiento ciertos visos de legalidad. Uno de ellos le dijo cínicamente: “lleva una frazada, Bustos, que va a hacer frío”.
Aún hace frío.
Alberto Szpunberg.
(El Masnou, invierno/90 - Buenos Aires, verano/97)
Fuente: La Tecla Eñe
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