HORAS PERDIDAS
Sigo escribiendo yo en ausencia de la jefa del blog que tiene trabajo en la oficina, porque ella trabaja en una oficina, no como yo que soy mesera.
Me llamo Alma, ayer les contaba sobre nuestro grupo. A todos nos gustan los vampiros, también Frankestein, nos gusta la sangre, la mordida, los cuellos, las terrazas.
En el verano El declive habilitaba una estructura montada en la terraza, tenia cesped artificial, que a la luz del día se veía muy mal, como el piso de un circo. La música atronaba sobre sillones de cuero que completaban una decoraciòn urbana y largas lámparas que llevaban la luz arriba, hacia un cielo fronterizo.
"Tengo hambre" pensaba nuestra amiga la famélica todo el tiempo, mientras terminaba otro vaso de cerveza.
"Tengo hambre" volvió a pensar.
"Este lugar está buenísimo, dijo el quemado antes de tirarse en unos de los sillones, casi encima de una chica.
Me llamo Alma, ayer les contaba sobre nuestro grupo. A todos nos gustan los vampiros, también Frankestein, nos gusta la sangre, la mordida, los cuellos, las terrazas.
En el verano El declive habilitaba una estructura montada en la terraza, tenia cesped artificial, que a la luz del día se veía muy mal, como el piso de un circo. La música atronaba sobre sillones de cuero que completaban una decoraciòn urbana y largas lámparas que llevaban la luz arriba, hacia un cielo fronterizo.
"Tengo hambre" pensaba nuestra amiga la famélica todo el tiempo, mientras terminaba otro vaso de cerveza.
"Tengo hambre" volvió a pensar.
"Este lugar está buenísimo, dijo el quemado antes de tirarse en unos de los sillones, casi encima de una chica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario